ATME ha solicitado al Ejército de Tierra que aplique con carácter retroactivo la anulación del límite de cese en el destino a los soldados que alcanzan los 6 años de servicio

La medida fue recientemente anulada; pero aún quedan soldados en el compromiso inicial que se verán afectados si no consiguen cambiar de destino en ese plazo.

Leganés, 7 marzo de 2023

Desde la convocatoria del 1er ciclo del año 2015 hasta el 2º ciclo de 2022, los soldados que han ingresado en el Ejército de Tierra han cesado o deberán hacerlo si a los 6 años de servicio no hubieran cambiado de unidad de destino.

Con fecha 23 de febrero de 2021, la Asociación de Tropa y Marinería Española “ATME” solicitó información sobre si, debido al gran número de soldados que pudieran llegar a los 6 años de servicio sin haber podido cambiar de destino, se tenía previsto publicar vacantes extraordinarias exclusivas para estos o solamente podrían solicitar las que se publicasen con carácter periódico.

El Mando de Personal del Ejército de Tierra contestó que esperaría a que se resolvieran las dos primeras convocatorias ordinarias siguientes para tomar una decisión, cosa que hizo en mayo de 2022, con la eliminación de esta limitación a partir del 2º ciclo de 2022 (inclusive).

Este problema que parece se ha solucionado para las nuevas incorporaciones continúa existiendo para aquellos que están llegando a los 6 años de servicio sin haber cambiado de destino, la mayoría de las veces por ser demasiado “modernos” con respecto a otros que lo solicitan, incluso soldados que perteneciendo a ciclos afectados por esta medida ya habían cesado en sus destinos.

Estos soldados están viviendo con verdadera zozobra la posibilidad de ser cesados de sus unidades y deber esperar, bajo la coletilla de “pendiente de asignación de destino”, la posibilidad de ser destinado con carácter forzoso a cualquier lugar de la geografía española.

Este destino forzoso, fuera de su unidad de origen, puede hacer que se vean tentados a solicitar la resolución de su compromiso, ante el riesgo de verse alejados de sus familias con unos salarios escasos, se debe recordar que los soldados y merineros son los servidores públicos peor retribuidos, que no les permiten la unificación familiar ni poder vivir fuera de las unidades.

Por todo ello, en beneficio de los interesados y del propio Ejército de Tierra, el cual podría verse privado durante meses de una parte de sus componentes, ATME ha propuesto a este que la anulación de esta medida se aplique con carácter retroactivo a los soldados de los ciclos afectados que todavía no han cesado en sus destinos.

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