“Quiero saber qué soy, funcionario o militar”.

“Quiero saber qué soy, funcionario o militar”

Gema Nieves / Madrid jueves, 13 de septiembre de 2012

Soy el CBMY (Cabo Mayor) Casiano Sánchez Pérez, escribo esto no en mi nombre sino en el sentir de todos aquellos que elegimos esta profesión: “Quiero saber qué soy, funcionario, militar”. De esta forma comienza una carta recientemente enviada a Miguel Ángel de la Cruz, periodista de Antena 3 y miembro de la Asociación de Periodistas de Defensa (APDEF). Y, hoy por hoy, por mucho que se pretenda, no es un tema que sorprenda dentro del seno de una institución como la militar, ya que con la última reducción de gastos se estipuló la eliminación de la paga extra de Navidad para los funcionarios; así como todos los días adicionales por asuntos particulares que además se recortan de seis a tres y también los días adicionales por antigüedad -esta medida no se aplica el presente año-; y se modifican las retribuciones que se perciben cuando se falta al servicio por enfermedad común. 

De esta forma, y como funcionarios públicos que son, los miembros de las FAS y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, se verán afectados igualmente por los recortes y nuevas normas. 

En referencia a este problema, el mencionado Cabo Mayor expone una situación que muchos han vivido, y que no es sólo enfrentarse a recortes presupuestarios, sino que, a veces, los demás colectivos no entienden que las Fuerzas Armadas son parte de esta sociedad para lo bueno y para lo malo. Se trata de una profesión elegida por vocación, en la que los militares tienen que respetar y potenciar unos valores muy específicos, pero que, a la hora de la verdad, en lo que se refiere a la administración, se les considera como funcionarios. Los valores les imprimen a los militares ese ardor guerrero que sienten (como dice el autor por vocación y convicción), pero muchas veces las decisiones políticas les llevan a sentirse fuera de lugar. 

Para una explicación mejor, hay que ponerse en situación y la mencionada carta de CBMY Sánchez dice: El otro día había quedado con unos amigos a tomar un café, todos ellos son funcionarios de distintos Ministerios y Administraciones -vamos que estábamos un grupo de los que mucha gente en este país se alegra cuando el Gobierno de turno nos congela o nos baja el sueldo-, ese grupo de personas, que según nuestros políticos somos afortunados por tener un sueldo fijo en época de crisis y afortunados cuando no hay crisis por trabajar poco. 

Nos sentamos a tomar café -continúa- y, ¡cómo no!, salió el tema de conversación: ¡Qué más nos van a quitar del sueldo! Dos años con el sueldo congelado, dos bajadas de sueldo y ahora nos quitan la paga extra de Navidades. Los comentarios son parecidos: pues a mí me viene el seguro del coche de la casa y el de vida; a ver cómo les hago frente y los reyes de los niños “qué Navidades nos esperan”. Yo me mantenía escuchando en silencia las quejas de unos y de otros, hasta que uno de ellos que trabaja en los juzgados como auxiliar administrativo me preguntó por qué no decía nada: “Los militares también sois funcionarios o vais por libre”. Los demás compañeros asienten al comentario y yo me quedo pensando y digo “No sé, yo soy militar es lo que me han enseñado. Claro que para todo lo malo parece ser que soy funcionario”. En ese momento se dispara el aluvión de críticas de mis amigos: pues claro que sois funcionarios; por qué tenías que tener un trato distinto, los demás trabajamos igual o más que vosotros. Por un momento no entendía por qué se ponían de esa forma, pero me sentí molesto, busqué una defensa de mi argumento y empecé el tuno de preguntas.

 A mi amigo de los juzgados: Tú cuando haces una guardia, ¿te la pagan? Su respuesta: Pues claro estaría bueno, si no de qué. 

A mi amiga del hospital: Tú los servicios, ¿son de 24 horas sin dormir? ¡Sí hombre!, nadie está 24 horas sin dormir 

A mi amigo el profesor: Tú cuando hay que quedarse a trabajar porque tu jefe te lo ordena hasta la hora que haga falta, ¿a que te quedas sin cobrar? Estaría bueno que me tuviera que quedar después de las clases y encima gratis.

 A mi amigo bombero: Vosotros, sí que hacéis guardias o servicios y al día siguiente a trabajar, como mucho te dan el día de saliente con suerte, ¿verdad? No yo trabajo 24 horas que son 3 jornadas de trabajo, de 8 horas, con lo que libro 3 días.

 Pero entonces, a ninguno de vosotros os mandan de maniobras a dormir en una tienda de campaña durante una semana; no os mandan de misión al Líbano, Afganistán o Somalia durante 6 meses sin ver a vuestras familias y jugándote la vida; no os mandan a cualquier zona de España en caso de incendio o catástrofe durante el tiempo que sea necesario; no estáis disponibles las 24 horas del día, durante los 365 días del año como nosotros.

 La respuesta es sencilla, “no”. Entonces si yo soy funcionario como vosotros, por qué no tengo vuestros derechos, por qué no me pagan las horas extras, porque no me pagan las guardias, los servicios, las maniobras, por qué pueden llamarme a cualquier hora y decirme que me incorpore a la unidad, por qué pueden llevarme lejos de mi familia durante seis meses arriesgando mi vida, por qué pueden destinarme a cualquier unidad de España si yo no quiero. Yo tenía razón “SOY MILITAR” pero para lo malo también soy funcionario.

 Finalmente, el cabo mayor afirma que, desde su postura, respeta profundamente a todos y cada uno de los profesionales de todos los sectores. También aclara que no se queja del suyo, “ya que fue mi elección y mi vocación. No presumo de trabajar más o menos que otros, pero sí puedo decir que no se me trata como a un funcionario, exceptuando cuando tienen que congelar o bajar los sueldos, así que no me llamen funcionario porque me confunden y lo mismo pienso que tengo los mismos derechos que tienen ellos”. 

Referencia: Atenea digital.es