¡Una nueva ley de personal que englobe a todas las escalas ya!

12 mayo 2018. Concentración de militares en Madrid, uno de cuyos organizadores fue ATME

No se puede esperar más, la tropa y marinería, tanto temporal como de carrera, necesita un nuevo marco normativo que iguale sus condiciones profesionales al resto de las escalas. Por ello, ATME ha remitido la propuesta para su debate en el próximo COPERFAS, una vez que ya hay nuevo gobierno

Madrid, 5 de febrero de 2020

No se puede esperar más, y por ello, una vez conformado el nuevo gobierno, la Asociación de Tropa y Marinería Española “ATME” ha presentado para su debate en el primer pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS) de este año, una propuesta para comenzar la tramitación de una nueva ley de la carrera militar que englobe a todas las escalas de militares. Con ello buscamos que todos tengan un mismo modelo de carrera, con objeto de mejorar las condiciones profesionales de la tropa y marinería, tanto temporal como de carrera. Esta actuación no será exclusiva en este marco, sino que también se actuará ante los grupos parlamentarios, últimos actores en la posibilidad de elaboración y aprobación de esta nueva ley.

El modelo actual, basado en la desvinculación del personal temporal no funciona al estar basado en unas premisas que exceden del ámbito de competencia del Ministerio de Defensa y chocan con el resto de administraciones. Éstas consideran que el problema no ha sido originado por ellos y por tanto no es su responsabilidad solucionarlo. Tenemos asimismo a los empresarios, que no ven rentable para sus empresas la formación recibida en las Fuerzas Armadas ni la experiencia adquirida, y a los sindicatos y asociaciones de trabajadores, que consideran al militar como un ente extraño que militariza sus centros laborales. Por último, la sociedad, que valora extraordinariamente al militar, pero siempre que no salga de los límites de sus cuarteles y funciones.

Es necesario, por tanto, tender a una profesionalización completa de la tropa y marinería que debe llegar a través de su incorporación como militar de carrera al finalizar su periodo de formación.

El modelo de carrera permanente es viable por su coste. Lo verdaderamente inviable económicamente es el actual modelo de escala, donde conforme el número de reservistas de especial disponibilidad se incremente por miles cada año, el presupuesto se elevará a cifras sumamente elevadas.

En un modelo plenamente de carrera, como lo tienen la escala de oficiales y suboficiales, tendríamos que cada vacante de las Fuerzas Armadas está cubierta por un militar que cobra un sueldo. En el actual modelo de tropa y marinería temporal, cuando uno de sus integrantes deja su puesto por alcanzar los 45 años de edad y se convierte en reservista de especial disponibilidad, tenemos que sumar a esa asignación de disponibilidad que se le debe abonar durante 20 años (45 a 65 años) otros costos, como el sueldo y formación del nuevo soldado o las prestaciones por desempleo del que cesa, más las posteriores ayudas sociales en caso de no existir una reincorporación eficiente a la vida civil.

Por otro lado, el modelo de carrera permanente es viable y no causará problemas de envejecimiento de la escala ni de pérdida de operatividad de las Unidades. Actualmente, el problema radica en que el Ministerio de Defensa, desde el comienzo de la profesionalización, estimó que este modelo debería ser semejante al del ejército de reemplazo, con personas “jóvenes” que sirvieran para todas las funciones operativas hasta alcanzar los 45 años. La solución es simple, ya está implementada en las escalas de oficiales y suboficiales: una carrera progresiva donde, conforme se avanza en años de edad y de servicio, se vaya accediendo a destinos y puestos de trabajo menos operativos y más técnicos. A esto, se podrían sumar medidas de reincorporación al mundo laboral de aquellos que lo deseen.

Asimismo, debe crearse una promoción horizontal, basada en la especialización y la experiencia. Actualmente, nuestros militares de carrera de tropa y marinería, están cansados de verse inmovilizados en sus puestos y cometidos de manera “eterna”, hasta que pasan a la reserva. Es necesario que puedan especializarse para ocupar nuevos puestos y funciones, ejerciendo mando e iniciativa en funciones técnicas, logísticas y administrativas, y, por supuesto, consolidar en el tiempo nuevos niveles en el complemento de empleo y que sus nuevos puestos tengan un CSCE acorde a sus nuevas capacidades y responsabilidades.

Algunas de las principales medidas que se deben implantar en el nuevo modelo

  • Vinculación como militares de carrera de todos los componentes de las Fuerzas Armadas.
  • En los últimos empleos de la escala de tropa y marinería podrán ejercer el mando y la iniciativa que les corresponde para transmitir, cumplir y hacer cumplir, en todas las circunstancias y situaciones, las órdenes e instrucciones recibidas y asegurar la ejecución de las tareas encomendadas en la realización de funciones técnicas, logísticas, administrativas y docentes.
  • Integración de la especialidad de música de tropa en el Cuerpo de Músicas Militares, donde se integran las escalas de oficiales y suboficiales.
  • Adquisición de una titulación oficial al finalizar el periodo de formación, como ocurre en las escalas de oficiales y suboficiales.
  • Promoción interna, sin discriminación por razón de edad o convocatorias, y promoción horizontal, basada en el sistema de especialización, que se verá reflejado en la consolidación de nuevos niveles en el complemento de empleo y el aumento del CSCE en virtud de los nuevos puestos ocupados, acordes a sus nuevas capacidades y responsabilidades.
  • Posibilidad, por una sola vez al cumplir los 45 años, de poder acogerse a la figura de Reservista de Especial Disp0nibilidad (RED), con una asignación contributiva en función del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y hasta la edad de jubilación.
  • Los grupos de clasificación del personal militar serán los mismos que el de los funcionarios al servicio de las Administraciones Públicas a todos los efectos, no solo retributivos.
  • Se continuarán desarrollando medidas para que aquel que lo desee pueda cambiar de actividad profesional, fomentando la reserva de plazas y la baremación de tiempo de servicios en las convocatorias de acceso como personal funcionario y laboral en las distintas administraciones públicas.
  • Reincorporación a las Fuerzas Armadas de aquellos reservistas de especial disponibilidad que lo deseen.

Resto de propuestas presentadas por ATME

Para este primer Pleno del COPERFAS del año 2020, ATME también ha remitido para su debate otra serie de propuestas:

  • Modificación del art. 17.2 de la Ley 8/2006 de Tropa y Marinería, con objeto que la asignación de disponibilidad pase de finalizar a los 65 años a la edad de jubilación, por haberse modificado esta con posterioridad a la ley.
  • Eliminación, en el Art. 10.4 de la Ley 8/2006 de Tropa y Marinería, del requisito de haber permanecido en la situación de servicio activo al menos los dos últimos años anteriores a la resolución de compromiso, para poder percibir la prima por años de servicios prestados a partir del décimo.
  • Solicitud de propuestas en la Comisión Interministerial de coordinación y seguimiento de las medidas adoptadas por la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados propuesta para la reserva de plazas a personal de tropa y marinería en los procesos selectivos de ingreso como personal funcionario en el Ministerio de Interior (Cuerpos de Instituciones Penitenciarias y Cuerpo General Administrativo de la Administración del Estado, especialidad de Tráfico, desarrollando esta medida mediante cambio de ley o desarrollo reglamentario) y reserva de plazas y baremación de tiempos de servicios en las convocatorias de acceso a personal funcionario y laboral en el Ministerio de Política Territorial y Función Pública
  • Modificación de la Orden DEF/253/2015, de 9 de febrero, por la que se regula el régimen de vacaciones, permisos, reducciones de jornada y licencias de los miembros de las Fuerzas Armadas, en el sentido de que figure el plazo para que la solicitud de vacaciones se entienda estimada sin que hubiera una resolución expresa, con objeto de evitar que sean denegadas días antes de su comienzo.