El día que Zaida Cantera lloró en la base española del Líbano

Podría decirse fue el último recuerdo feliz de Zaida Cantera como militar: El rescate de un niño libanés que se había separado de su familia tras un bombardeo. Cuando la ex comandante volvió a España de la misión del Líbano, en 2008, comenzó su particular pesadilla de acoso que acabó con su mando en la cárcel y con ella fuera de las Fuerzas Armadas. Ahora, como diputada, guarda en su despacho un regalo que le hizo el padre de aquel menor al que rescató.

La diputada socialista Irene Lozano, con quien Zaida Cantera llegó de la mano al PSOE, anunció la pasada semana su salida de las listas para las próximas elecciones generales. De Cantera, sobre la que también existen dudas acerca de su continuidad –tal y como adelantó ECD-, aún se desconoce oficialmente si continuará en el proyecto de Pedro Sánchez.

El Confidencial Digital publicó hace apenas diez días una entrevista con la diputada y ex comandante Zaida Cantera. En ella, la socialista desmitificaba algunos de las ideas que la extrema izquierda ha generado en torno a las Fuerzas Armadas y su participación en escenarios de guerra. “Los militares españoles vamos a esas misiones a ayudar, a proteger y a defender a los débiles” insistía Cantera.

El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Defensa comunicaba oficialmente su salida del Ejército por “pérdida de aptitudes psicofísicas”. Atrás quedaba una ‘pesadilla’ de siete años que comenzó en 2008, a su vuelta de la misión del Líbano.

La comandante sufrió acoso sexual entre abril de 2008 y junio de 2009 por el entonces teniente coronel Lezcano, mientras estuvo destinada en Valencia, y los siguientes años los pasó inmersa en un proceso judicial tras la denuncia que presentó contra su mando.

Un recuerdo feliz del Líbano

Según ha sabido ECD, uno de los recuerdos más “felices” que guarda Zaida Cantera de su carrera militar tuvo lugar durante ese último despliegue en Líbano, en el marco de la misión de la ONU para pacificar la ‘blue-line’ que separa el país de los cedros e Israel.

Un día Zaida se encontraba de patrulla con un convoy por los alrededores de la base española ‘Miguel de Cervantes’ en Marjayoun. Ella estaba al frente del equipo. Unos días antes se había producido un bombardeo en la zona.

En un momento determinado de la patrulla, los militares españoles divisaron a un niño pequeño sólo y exhausto en la carretera. Estaba asustado. Según relata la propia Cantera, fue ella misma quien le recogió.

De vuelta a la base comenzó la búsqueda de su familia. Tras localizarla, el niño fue entregado a sus padres sano y salvo, que llevaban días sin verle. El bombardeo había afectado a su vivienda y habían tenido que huir a toda prisa, perdiéndole la pista al menor.

A los pocos días de esta anécdota, el padre del menor apareció por la base ‘Miguel de Cervantes’. Preguntaba por Zaida, la militar que había recogido a su hijo. Le traía un regalo.

El hombre, al encontrarse con Zaida, le entregó un shemag –el típico pañuelo palestino que llevan los militares al cuello- que había comprado. Su mujer lo había bordado con una bandera del Líbano, una bandera de España y el nombre ‘Zaida’ escrito en alfabeto latino y árabe.

Según recuerda la propia Zaida Cantera, la escena le emocionó. Incluso le hizo llorar. Ahora, como diputada del Congreso, guarda ese shemag en su despacho junto con una bandera de España. Un recuerdo de sus mejores días en las Fuerzas Armadas.