Defensa desautoriza a los mandos militares que ordenaron coger vacaciones en julio y agosto ante un rebrote en otoño (ECD)

La Dirección General de Personal asegura que la normativa no permite a los jefes de unidad obligar de forma genérica a disfrutar de los días de descanso en un período del año determinado

Las órdenes que se cursaron en algunas unidades de las Fuerzas Armadas para que los militares se cojan las vacaciones en julio y agosto, y no más allá de septiembre por si hubiera un rebrote de coronavirus y una ‘Operación Balmis II’ no reciben respaldo del Ministerio de Defensa.

Tal y como contó Confidencial Digital a principios de junio, la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) dirigió varias preguntas al Ministerio de Defensa para saber si se ajustaban a la normativa las instrucciones dadas en ciertas unidades militares, en el sentido de concentrar en los meses centrales de verano los días libres.

ECD ha podido saber que tanto el Ministerio de Defensa como los cuarteles generales del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. En general, las respuestas apuntan que la normativa interna no permite a los jefes de unidad obligar a los militares a disfrutar las vacaciones en ciertas épocas, con un motivo genérico como la posibilidad de que haya un rebrote de coronavirus en otoño.

Si acaso, por causa de fuerza mayor, se pueden aplicar las necesidades del servicio a vacaciones ya autorizadas o que se estén disfrutando. Es decir, si finalmente se activara otro despliegue militar por una nueva oleada de coronavirus, sí se podrían anular vacaciones de forma justificada, motivada e individualizada a los militares que fueran movilizados.

Las preguntas iban en la dirección de saber si la Orden Ministerial DEF/253/2015, que regula las vacaciones en las Fuerzas Armadas, permite a los jefes de unidades y bases obligar a sus militares a concentrar sus vacaciones en determinados meses, más de lo que ya se indica de determinados días que sí se han de gastar del 15 de julio al 15 de septiembre.

En general, Defensa y los ejércitos y la Armada aseguraron no tener constancia de que sus unidades estuvieran dando esas órdenes de gastar las vacaciones antes de la llegada del otoño, justificadas en la posibilidad de otro despliegue especial que obligue a cancelar esas vacaciones.

En todo caso, señalaron que ni el ministerio ni los cuarteles generales habían dictado ninguna orden o instrucción para que a su vez las unidades y bases bajo su responsabilidad empezaran a limitar el período de vacaciones.

Eso sí, también apuntaban que las Reales Ordenanzas sí establecen que los jefes de unidad han de informar a sus subordinados de los planes y proyectos que les pueden afectar. Eso podría justificar las instrucciones cursadas en algunas unidades militares -por cierto, que también ocurrió en algunas comisarías de la Policía Nacional-, en el sentido de que los mandos estarían avisando de que los militares que esperaran a cogerse vacaciones en otoño se podrían quedar sin ellas.

Las respuestas también señalan que la aplicación del criterio de necesidades del servicio se ha de hacer siempre de forma motivada, justificada e individualizada.

En base a estas respuestas oficiales del Ministerio de Defensa y del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) están recomendando a los militares que se hayan visto afectados por órdenes de este tipo que dirijan un escrito a su jefe de unidad para solicitar que les conceda el permiso en las fechas en que lo tenían autorizado previamente; y si es denegado, que exijan que se lo tumben mediante resolución motivada e individualizada basada en las necesidades del servicio.

Fuente: El Confidencial Digital, 15.07.20