Casi 180 soldados salmantinos se irán al paro cuando cumplan los 45 años (El Norte de Castilla)

Desfile militar en el acuartelamiento General Arroquia con motivo de la festividad castrense de San Fernando.

Desfile militar en el acuartelamiento General Arroquia con motivo de la festividad castrense de San Fernando. / WORD
La previsión, que abarca hasta 2023, no se cumplirá si se reforma la ley del militar profesional

Un total de 177 soldados de tropa profesional destinados en la provincia de Salamanca se quedarán sin trabajo en los próximos siete años como consecuencia de la finalización del Contrato de Larga Duración (CLD) que firmaron con el Ministerio de Defensa para acceder como miembros de las Fuerzas Armadas españolas, según los datos que maneja la Asociación de Tropa y Marinería.

La salida del Ejército afecta al personal que haya cumplido los 45 años, edad en la que la ley del Militar Profesional del año 2006 fija la marcha. Esta situación afectará a unos 8.931 militares de toda España en siete años (768 en la región). En Salamanca se verían afectados los 177 mencionados, que corresponden con el periodo 2017-2023. Las estadísticas del Ministerio de Defensa contemplan que en ese periodo se pasará de los 138 soldados que cumplen 45 años a los 2.325 en 2023 en todo el territorio nacional. El periodo en el que más soldados se verían obligados a dejar las unidades de España, en razón de la edad, sería en 2029, cuando el cupo llegaría a 4.336 soldados.

La preocupación por el futuro de este personal ha conllevado a que una Subcomisión del Congreso de los Diputados lleve varias semanas trabajando para modificar la ley de Tropa y Marinería, escuchando a representantes de los distintos sectores. Desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), que agrupa a muchos soldados, se plantea la continuidad por haber estado una media de 27 años trabajando en las Fuerzas Armadas.

En este sentido sostienen que estos empleados tienen cabida dentro de la oferta de empleo público (unas 4.000 plazas) que el Ministerio convocar próximamente. De este modo, piden que se destine alguno de los cupos para que puedan optar, o que se amplíen también las plazas que se reservan para la Guardia Civil o Cuerpo Nacional de Policía. En caso de consumarse el abandono del Ejército, estos soldados pasan a cobrar una prestación del Estado de 600 euros al mes hasta la edad de jubilación, una cantidad que no computa para la pensión futura. Además, la normativa les impide trabajar en cualquier puesto de la Administración pública, ya sea estatal, autonómica o municipal. Un militar de tropa percibe, con 20 años de antigüedad, unos 1.100 euros netos al mes con 14 pagas.

ATME ha estimado que en veinte años mantener fuera del ejército a los 646 soldados que superan los 45 años en España y que deberían salir, por ejemplo en 2018, costaría unos 4 millones de euros. Estas cantidades se incrementarían con el IPC anual. Por ello, reclaman la continuidad del personal de tropa dentro del sistema de Defensa.

Paralelamente, el Ministerio va a sacar a concurso otras 370 plazas en toda España para personal laboral, con categorías que van desde ingenieros hasta informáticos. Entre ellas también estarían alrededor de 60 vacantes para oficios como electricistas, mecánicos, chapistas, o administrativos a las que podría optar este personal de tropa.

Debate interno

La situación por la que pasan estos profesionales de la milicia plantea un debate en el seno de las Fuerzas Armadas, incluso entre sus propios compañeros de unidades. Algunos se posicionan por su continuidad en los cuarteles para dar una estabilidad a la profesión. Ello se ha resuelto en parte con la convocatoria de plazas para los que se califica como Tropa Permanente (TP), una categoría diferente a la de los de 45 años, y que continúan en su empleo tras una oposición hasta la edad de jubilación o pase a la reserva (58 años).

Pero donde las diferencias son más importantes es entre los mandos y personal de la cúpula de Defensa, que sostienen que un ejército moderno no puede «sostenerse con una tropa que supere los 45 años». Argumentan que ser soldado requiere estar unas condiciones físicas adecuadas. Aunque el modelo español de tropa profesional parece implantado, tras suprimirse el servicio militar obligatorio en 2002, el Ejército español se enfrenta en los próximos años al reto del envejecimiento en la escala de tropa.

Desde la cúspide castrense se sostiene que «muchos soldados accedieron a las Fuerzas Armadas en una situación económica financiero (hipotecas y créditos) que tenía una parte de la población». Unos años en los que tener un puesto de trabajo del Estado con unos ingresos mínimos «era suficiente para unidades familiares con miembros en paro».

Los estudios de Recursos Humanos del Ministerio de Defensa estiman que con el actual modelo de profesionalización de la tropa se ha conseguido una retención del 95% de los que ingresaron con voluntad de quedarse en las Fuerzas Armadas. Por otro lado, la edad media de ingreso al empleo de soldado es de 24 años (entre 18 y 29 años se permite optar a las plazas). Aunque el nivel académico medio era hace unos años el de la ESO, en la actualidad ha ascendido a Bachiller y FP de grado medio. El debate abierto por la situación de los soldados con contrato hasta los 45 años plantea la posibilidad de revisar la tasa de reposición de los empleos de tropa «para alcanzar un equilibrio con edades adecuadas a cada momento». Los estudios hechos por Defensa sugieren reducir en dos años el límite para presentarse a las plazas (de 29 a 27 años).

Desde la ATME se sostiene la necesidad fijar unos criterios de reposición, pero sin olvidar a esta plantilla que durante décadas «ha dado su mejores años al Ejército». Ponen como ejemplo la posibilidad de que, como en Portugal, se les permita entrar directamente a los Cuerpos de Seguridad, incluidas las policías municipales. El colectivo profesional ha solicitado en el Congreso de los Diputados que se les dé una respuesta urgente que despeje su futuro.

Fuente: El Norte de Castilla