Desdén del Ministerio de Defensa ante el problema de miles de soldados, obligados a estar confinados en habitaciones

Carta de un socio de ATME

Madrid, 03 mayo de 2020

“A partir del viernes 24 de abril, miles de soldados se han visto obligados a estar confinados en las habitaciones de sus acuartelamientos, al prohibirles desplazarse a sus hogares familiares, como habían estado haciendo desde el comienzo del estado de alarma. Los militares, por ley, deben tener su domicilio habitual en la localidad donde se encuentra su destino. Se les restringe, por tanto, la libertad a fijar su residencia donde conviven con sus parejas e hijos, si excede de una distancia determinada.

El 27 de abril, ATME, la Asociación a que pertenezco, planteó a la ministra este problema, solicitando que lo resolviese. El día 29, ante la inmediatez de un nuevo puente, volvió a solicitar por escrito que se tomará una decisión con carácter urgente.

La callada ha sido su respuesta.

Según la ministra, somos excepcionales, hemos hecho un trabajo extraordinario…; pero no debemos valer lo suficiente para que nos dedique algo de tiempo y solucione este problema.

Me hubiera gustado que hubiera tenido la misma diligencia que la mostrada por el ministro de Interior al enterarse de la posible sanción por saltarse las limitaciones de movimiento de un diputado de Bildu que regresaba al País Vasco y fue parado en un control de la Guardia Civil.

Miles de compañeros van a estar más de un mes sin poder descansar en sus casas, sin ver a sus parejas e hijos; pero está claro que a nadie le preocupa en lo más mínimo. En plena desescalada, mientras los demás pasean con sus familias, nuestros soldados estarán encerrados en una habitación cuartelera, acompañados de 2 o 3 soldados más, alejados de los núcleos urbanos, en condiciones muchas veces tercermundistas.

Esa es la recompensa que se les da a los soldados que han estado patrullando por las calles, desinfectando residencias, montado camas en el Ifema o literas en los polideportivos, dando de comer en el Hospital Militar Gomez Ulla, cargando material y trasportándolo por toda España; si, aquellos que han estado en el Palacio de Hielo de Madrid, trasladando a nuestros fallecidos y cuidando que estuvieran lo más dignamente posible.

Hemos realizado un gran trabajo y seguiremos realizándolo, como siempre, con la única recompensa de la íntima satisfacción del deber cumplido. Sintiendo la recompensa de la gente cuando nos aplaude, pero viendo como los que nos gobiernan nos ignoran y nos olvidan. Los soldados seguiremos sin poder ver a nuestras familias este puente de mayo, madres y padres no podrán estar con sus hijos en el día de la “madre”, porque según la norma el militar está obligado a tener su reticencia habitual en la localidad de destino.

Seguro que nuestros hijos lo entienden; nadie nos pagara las horas extras que realizamos de más, nadie compensará los días que trabajamos de más, nadie se acordara de nosotros cuando dentro de unos años tengamos que dejar las Fuerzas Armadas a los 45 años”.

Un socio de ATME