ATME, escéptica tras comprobar que no habrá soluciones rápidas ni palpables en el Nuevo Plan Integral de Orientación Laboral para el personal militar

Proponen crear un “entramado” de comisiones, áreas de actuación, programas, convenios, cursos…, hasta un nuevo sistema de información con subsistemas y aplicaciones… Así se tardarán años en subsanar, suponiendo que lo hagan, las deficiencias por las que centenares de militares de tropa y marinería ya están engrosando las listas del paro al cumplir los 45 años

Madrid, 24 marzo de 2018

El día 21 marzo se presentó a las asociaciones profesionales militares el nuevo Plan Integral de Orientación Laboral para el personal militar del Ministerio de Defensa.

Un Plan que, lamentablemente, llega con más de 25 años de retraso. No podemos olvidarnos que desde el 31 de julio de 1.992 (Real Decreto 984/1992 por el que se aprobaba el Reglamento de Tropa y Marinería profesionales de las Fuerzas Armadas) ya figuraban medidas para la reincorporación laboral que solo se han llevado a cabo en la vertiente de reserva de plaza en Guardia Civil y Policía Nacional. Este Plan, si se hubiera plasmado en aquella época, quizás hubiera solventado parte de los problemas que sufren actualmente los militares que finalizan compromiso y lo seguirán haciendo en años venideros.

Este Plan o exposición de intenciones esta circunscrito, como no puede ser de otra manera por su rango normativo, exclusivamente al Ministerio de Defensa, con lo cual nos podemos encontrar nuevamente con los problemas actuales, la nula capacidad en cambiar la normativa que impide la reserva de plazas o baremación de tiempo de servicio al personal militar, no solo en las administraciones autonómica y local, sino en la propia central. Es imperiosa la aprobación de un proyecto a nivel nacional donde se regulen estas medidas y se obligue a su cumplimiento, para no tener que volver a sufrir otro periodo de buenas palabras y nulas medidas, mientras vemos a la mayoría del personal temporal desfilar a engrosar las filas del desempleo.

Por otro lado, las primeras medidas de este plan tardaran años en poder saberse eficaces. Mientras tanto, la sangría de finalizaciones de compromiso a los 45 años seguirá de una manera creciente y más numerosa, cerca de 27.000 personas más en los próximos 10 años. Es necesario frenar este proceso, como ya propuso la Comisión de Defensa mediante la aprobación de una Proposición No de Ley, e incluso se aprobó en las propuestas del reciente Congreso de Militares Españoles, terminando con la finalización de los compromisos a los 45 años y activando a todos los Reservistas de Especial Disponibilidad que lo deseen, hasta que las medidas sean eficaces.

Desde la Asociación de Tropa y Marinería Española “ATME”, nos preguntamos ¿cómo es posible creer que tejiendo un entramado mucho mayor del existente va a funcionar algo que una estructura más simple no ha conseguido? Lo único que han propuesto es crear decenas de nuevos programas sin ninguna solución al problema ya existente.

Seguimos sin ver ninguna nueva ley o desarrollo reglamentario que obligue a la reserva de plazas o la valoración del tiempo de servicio en las convocatorias de acceso a la administración central, autonómica o local, a excepción de las ya dichas anteriormente plazas reservadas en la Guardia Civil y Policía Nacional. Seguimos sin saber qué propone el Ministerio de Defensa hacer con los militares que ya están en el paro.

El Plan propone lo que ya se podría haber hecho, sin necesidad de crear nuevas comisiones y programas. De hecho, ya existe una Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar, ya existe un programa de Aprovechamiento de Capacidades Profesionales del Personal Militar (SAPROMIL), ya existe una Dirección General de Personal, ya existe una Subdirección General de Reclutamiento y Orientación Laboral y, por supuesto, ya existe un Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS) en el que pueden tener cabida todos estos actores junto con las asociaciones profesionales. ¿Por qué no legisla el Gobierno conforme a lo que estos organismos, incluso el resto de partidos políticos, ya están proponiendo y, sin embargo, crea algo nuevo con los mismos actores? ¿Por qué no funciona lo que debería ya funcionar?

Desde ATME recordamos que, según siempre fuentes oficiales, el personal de tropa y marinería que accedió a un puesto de trabajo a través de SAPROMIL en el año 2017 fue de tan sólo 2 militares, tampoco se tenía conocimiento de que alguna empresa privada hubiera contratado a ningún militar a través de los convenios firmados.

Si, según respuesta del Ministerio de Defensa a pregunta realizada por ATME, el desarrollo reglamentario para que el tiempo de servicio fuera valorado en las convocatorias de acceso al empleo público de las administraciones civiles correspondía al Ministerio de Hacienda y Función Pública, (por ser éste quién regula la normativa aplicable a todos estos procesos) y, terminaban reflejando, desconocían la verdadera motivación por la que no se había llevado a cabo el citado desarrollo, ¿para qué crear ahora comisiones, programas y demás en vez de legislar ya el gobierno?

Si a todo esto añadimos que el Ministerio de Defensa ha sido incapaz, o no ha mostrado verdadero interés, en ofrecer al personal de tropa y marinería una titulación de grado medio o unas certificaciones oficiales, fundamentales para poder optar a un puesto de trabajo acorde con la experiencia conseguida, a nadie puede extrañar la desconfianza a este tipo de planes. Plan que, pese a haberlo solicitado* el pasado año, no ha tenido un estudio previo de los motivos por los cuales no han funcionado las citadas medidas durante más de 20 años.

Estos motivos, junto con los ya denunciados en varias ocasiones, como una justa retribución del personal militar, que también viene denunciando el Observatorio de la Vida Militar o la Comisión de Defensa, son los que hacen a ATME plantearse convocar acciones reivindicativas en la calle como concentraciones o manifestaciones de todo el personal militar. Y es que no podemos más que comprobar que todos los cauces de comunicación no están sirviendo para paliar dichos problemas. Creemos, seriamente, que el Ministerio de Defensa está tomando el pelo a las asociaciones profesionales que reclaman mejoras laborales, derechos y unas justas retribuciones.